Esta es una varita volcánica. La hice con las piedras preciosas que encontramos en las playas de Lanzarote, cerca del Timanfaya. Ahora es la estrella de nuestro salón naranja.
No sé qué tiene Paraguay... pero les encantan las varitas mágicas.
Esta vez ha sido Alfredo el que me la ha pedido. Antes de recibirla me envió unos preciosos recuerdos de su tierra. Me encanta que mis varitas recorran el mundo.
Es una varita robusta, para personas sensibles y profundas como Alfredo. Sirve para dar fuerza interior.
Esta varita es para Diego, el hijo de Carolina que tiene 6 años. La varita ha cruzado el océano y llevará energía y prosperidad al otro lado del mundo. Carolina vio mi página y me pidió una varita mágica para su hijo, que es un fanático. A cambio él me ha regalado un recuerdo de Paraguay.